Biografia

Mikel Alexander Uriarte González nació el 13 de mayo de 1988 en Deusto y falleció el 8 de septiembre de 2010 en el Puente Colgante de Vizcaya. Fue el hijo único del matrimonio formado por Miguel Uriarte y Chely González.

Pasó su infancia entre Deusto y Barakaldo pero al cumplir los 16 años su familia se trasladó al barrio de Las Arenas en Getxo.

Terminado el Bachiller, se matriculó en la universidad de Elcano para comenzar los estudios de dirección de empresas. Su curiosidad por la economía le empujaba a consultar a menudo el estado del Ibex para ver si crecían sus pequeñas inversiones. En el año 2010, y  mientras iba a la universidad, se apuntó a un curso académico de inglés financiero.

Apasionado también de la informática, a los 13 años montó su primer ordenador y posteriormente llegó a hacer un curso de instalador de redes obteniendo una calificación de sobresaliente.

Los veranos los exprimía al máximo. Disfrutaba visitando el pueblo natal de su madre en León, Jiménez de Jamuz, y además sacaba tiempo para andar a caballo entre internados de Inglaterra aprendiendo inglés y en Laredo donde se reunía en su garaje con toda la cuadrilla organizando fiestas o partidos de ping–pong. Precisamente en Inglaterra, ganó el primer premio en el karaoke celebrado en Down House School, en Cold Ask. Lo consiguió con la canción “Angel” de Robbie Williams, una de sus canciones favoritas. Con 19 años durante el verano se traslada a New York para perfeccionar su inglés. Allí estuvo durante el mes que duró el curso.

Disfrutaba con el deporte y ya desde pequeño practicó equitación, natación, tenis y esquí. También le gustaba mucho viajar y aprovechaba cualquier ocasión para desplazarse con sus padres y con sus amigos a cualquier parte.

El mundo del motor le apasionaba y su coche siempre lo tenía a punto. El 24 de mayo de 2008 se trasladó a Vitoria para hacer un curso especializado en conducción. “Mamá, es para saber cómo reaccionar en caso de que me encuentre una placa de hielo en la carretera o unas condiciones climatológicas adversas” decía a su madre. Pero de nada le sirvió.

Ordenado y metódico, aunque con alguna asignatura pendiente, siempre tuvo claras sus aspiraciones. Entre ellas, la de montar su propio negocio. Esa era la mejor muestra de su espíritu emprendedor. Su carácter afable y extrovertido le permitió hacer amigos y relacionarse con facilidad. Desde pequeño fue un niño solidario y con gran sensibilidad para los animales.

Mikel falleció el 8 de septiembre de 2010 a los 22 años cuando regresaba de Madrid donde había alquilado un piso con sus amigos con la intención de finalizar su carrera en la capital. Posteriormente, pensaba hacer un máster en Estado Unidos o Canadá.